"Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y,
entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi
crecimiento.
Hoy sé que eso se llama… madurez.
Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me
empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud.
Hoy
sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la
razón y, con eso, erré muchas menos veces.
Así descubrí la… humildad.
Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede
atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi
corazón, es una valiosa aliada.
Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas
chocan y del caos nacen las estrellas.
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