martes, 30 de octubre de 2012

Celos entre hermanos/as. Pautas.


Celos entre Hermanos/as:


Los celos entre hermanos puede ser un problema en la dinámica familiar incluso una vez pasada la infancia y la adolescencia. Los celos pueden acarrear fuertes sentimientos de frustración y soledad así como trastornos de conducta y del estado de ánimo pero, ¿Qué podemos hacer cuando aparecen?

Los celos suelen aparecer con la llegada de un nuevo hermanito o hermanita. En ocasiones, este sentimiento aparece pasados unos meses cuando el nuevo bebe comienza a caminar y a valerse por si mismo puesto que es en este momento cuando le percibe como un igual o rival.

Independientemente del momento de aparición, el motivo de los celos siempre suele ser el mismo; el hermano/a mayor se siente desplazado y reclama la misma atención y dedicación de sus padres que recibe su hermano menor. El problema es que los niños/as no saben identificar que se sienten celosos ni mucho menos verbalizar que quieren un poco más de atención por lo que suelen aparecer conductas disruptivas para llamar la atención o para expresar su enfado o frustración.

Alguno de las conductas más frecuentes cuando existe un problema de celos son:
  • Dificultad para obedecer a los padres. Especialmente a aquel progenitor por el cual el niño/a se sienta menos atendido.
  • Dificultad para compartir sus juguetes.
  • Resistencia a jugar con su hermanito/a.
  • Conductas regresivas de etapas ya superadas. El hermano mayor habla como un bebe, usa chupete, se hace pipi…
  •  Rabietas más intensas y desproporcionadas.
  •  Búsqueda de atención con conductas poco habituales en su comportamiento previo.
  • Sintomatología inespecífica de dolores físicos. El niño refiere con frecuencia que le duele la tripa, la cabeza, la pierna…


Una vez que aparecen estas conductas, el problema se agrava cuando los padres le regañan por ellas o le comparan continuamente con su hermano/a menor puesto que en este momento, el distanciamiento entre el niño y sus padres es mayor.

Para evitar que nuestro hogar se convierta en un lugar de continuas discusiones, y lo que es más importante, para evitar que nuestro hijo/a se sienta desplazado y desatendido, podemos seguir las siguientes pautas:
  • Preparar al hermano/a mayor antes de la llegada del bebe. Explicarle lo que va a ocurrir y pedirle su ayuda para cuidar al nuevo hermano/a.
  • Enseñar al hermano mayor a relacionarse con su hermano menor. Enseñarle a acariciarle, cogerle, calmarle… En definitiva, hacerle partícipe de la educación e integración del recién llegado.
  • Buscar cada día un espacio para estar a solas con él. Si el hermano mayor siente que tiene su espacio cada día, será más fácil que deje de competir por la atención de sus padres.
  •  Respetar que no quiera compartir sus juguetes si aún no está preparado.
  • Cuando presente alguna conducta disruptiva o alguna rabieta, tratar de no atenderderle y mantener la calma ofreciéndole una alternativa a su comportamiento. Por ejemplo: cuando lo recojas volvemos a jugar. En estos aspectos hay que tener presente que el niño que llama la atención es porque la necesita pero nosotros podemos elegir si le atendemos cuando se comporta mal, o cuando se comporta bien.
  • Reforzar todas las conductas adecuadas que tenga en casa o con su hermano/a. Darle las gracias cuando colabore o alabarle cuando esté tranquilo jugando de manera independiente para que tenga claro que, aunque no estemos continuamente con él, estamos pendientes de él.


Si aplicando estas pautas no conseguimos una mejoría, es recomendable acudir a un psicólogo/a especialista en psicología infantil. ¡Mucho ánimo!