jueves, 12 de abril de 2012

Niños que no comen y padres que se desesperan...

¿Qué es un transtorno de la conducta alimentaria en la infancia?

Negativa del niño a comer en presencia de la persona de competencia que le cuida  y en ausencia de enfermedad orgánica que justifique ese rechazo.

¿Qué podemos hacer cuando los niños se niegan a comer?

En primer lugar hay que comprobar que no se trata de ninguna enfermedad física ni ninguna intolerancia alimentaria. Sino es así, la causa más frecuente de este trastorno puede ser la necesidad de atención y la búsqueda de límites. Para ello, es recomendable tener en cuenta las siguientes pautas o recomendaciones:

  • Si un niño llama la atención, es porque la necesita pero no debemos proporcionársela ante conductas inadecuadas como No comer. Paralelamente a toda intervención relacionada con el ámbito de la alimentación, debemos buscar espacios donde relacionarnos con nuestro hijo/a de manera exclusiva. Atenderle sin que interfieran o interrumpan otros adultos, hermanos o teléfonos móviles.
  • Evitar que coma entre medias de las comidas.
  • A la hora de comer, merendar o cenar, hacerlo siempre siguiendo una serie de pautas:
    • Tratar de comer a la misma hora y en el mismo lugar.
    • Comer sin televisión ni juguetes que le puedan distraer.
    • Poner cantidades pequeñas de comida para poder asegurarnos el éxito y poder felicitar al niño por lo bien que lo ha hecho.
    • No hacer de la comida un tema de discusión ni una lucha de poder.
    • No exceder el tiempo de la comida más de 45 minutos. Si en 45 minutos no ha comido, se retira la comida hasta la siguiente comida. Es recomendable poner un reloj delante del niño para que vea que al llegar la aguja a la hora se le retirará el plato y ya no podrá comer hasta la hora de la merienda o la cena, según corresponda.
    • Tratar de comer en un ambiente relajado, si el niño está tenso es posible que no sienta hambre.
    • No olvidarnos de atender al niño cuando lo haga bien, aunque haya sido el plato que más le gusta y poca cantidad hay que reforzarle lo bien que lo ha hecho y lo que nos gusta cuando come bien. De esta forma, estamos dando más importante a lo que hace bien (comer) que a lo que hace mal (no comer) y aumentamos la posibilidad de que esta conducta vuelva a repetirse.
Este proceso puede ser difícil de llevar a cabo por la inseguridad que genera en los padres dejar a los niños sin comer pero debemos tener claro que estas medidas las llevamos a cabo por la salud de nuestros hijos/as ya que la comida no es un elemento con el que deban jugar o buscar la atención y deben aprender a comer de todo aunque para ello pasen unos días en los que apenas comen de nada. Aplicando este método, los resultados pueden tardar unos días en apreciarse pero debemos confiar en su resultado para poder mantenernos serenos en su aplicación.

Para una mayor información, consultar con psicológos especializados en Psicología infantil

¡¡Buen Provecho y Buena Suerte!!

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